Demos importancia a lo que realmente es vivir una relación
con Dios y nuestros semejantes

· Ayuna de juzgar a otros; descubre a Cristo que vive en ellos.
· Ayuna de palabras hirientes; llénate de frases sanadoras.
· Ayuna de descontento; llénate de gratitud.
· Ayuna de enojos; llénate de paciencia.
· Ayuna de pesimismo; llénate de esperanza cristiana.
· Ayuna de preocupaciones; llénate de confianza en Dios.
· Ayuna de quejarte; llénate de aprecio por la maravilla que es la vida.
· Ayuna de las presiones que no cesan; llénate de una oración que no esa.
· Ayuna de amargura; llénate de perdón.
· Ayuna de darte importancia a ti mismo; llénate de compasión por los demás.
· Ayuna de ansiedad sobre tus cosas; comprométete en la propagación del Reino.
· Ayuna de desaliento; llénate del entusiasmo de la fe.
· Ayuna de pensamientos mundanos; llénate de las verdades
que fundamentan la santidad.
· Ayuna de todo lo que te separe de Jesús; llénate de todo lo que a El te acerque.