El hijo del Conde, ¡caramba! me escribió un papel, que si yo quería, ¡caramba! casarme con é1.
Yo le contesté, ¡caramba! en otro papel, que me casaria, ¡caramba! pero no con el
Tanto estuvo el hombre, ¡caramba! con aquel papel, hasta que mi madre, ¡caramba! lo llegó a saber.
Me cogió mi madre, ¡caramba! me llevó al corral, con la disciplina, ¡caramba! me quiso acabar.
A la cocinera, ¡caramba! tal coraje dió, que ollas y platillos, ¡caramba! todos los rompió
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