Yo quiero agradarte siendo humilde, como lo pides
en tu Palabra. Te pido perdón si en esto te he
ofendido. Limpiame hoy de todo orgullo y altivez.
Hazme humilde de corazón, así como lo fue Jesús,
que se humilló a sí mismo por salvarme a mí.
En el nombre de Jesús, Amén.
"El Señor es excelso y atiende al humilde, pero al altivo mira de lejos".
Salmo 138:6
|
|