Los que vieron la Dama luciendo aquella rosa,
que era como el fragante coagulo de una llama
no supieron decirme cual era más hermosa,
si la Rosa o la Dama.

Los que vieron la Dama llevar la flor aquella
como un broche de fuego sobre su piel sedosa
no supieron decirme cual era más hermosa,
si la Dama o la Rosa.

Cuando pasó la Dama fue un perfume su huella
nadie supo decirme si fue la flor o ella,
la que dejó la noche perfumada.

Y yo...
yo que la tuve desnuda sobre mi lecho,
yo que corté la rosa para adornar su pecho,
... tampoco dije nada.

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LA DAMA DE LA ROSA
José Ángel Buesa
Declama Marcelino Vázquez Vega